NUESTRA HISTORIA
A unos cuantos metros de la entonces emblemática Garita, situada sobre el Canal de la Viga del año 1932; con su puente señalando la entrada a la ciudad por embarcación y que para muchos, era como la llegada al umbral del destino, Doña Carmelita iniciaba un esfuerzo desesperado para salvaguardar el futuro de sus hijos, instalando un anafre y un comal, para producir y vender unas gorditas rellenas de frijol bañadas con salsa, que con el tiempo sus mismos clientes le iban a dar el nombre a su creación; “HUARACHE”, por la semejanza de tamaño y forma a las sandalias utilizadas por el común de la población en aquellos tiempos. Quien iba a pensar que con su improvisado puesto, de inicio, iba a dar manutención para su familia y que años más tarde, sería un exitoso y emblemático platillo para la Ciudad de México.
Fue una época dura y despiadada, cuando Doña Carmelita y su hijo Anastacio, se embarcaron desde Milpa Alta a la Ciudad de México, con el objetivo de asegurar el futuro de sus hijos.
Madre e hijo, se embarcaron en una aventura, que les llevaría a desarrollar un platillo (huarache), que junto con los tacos, sopes y quesadillas, con el tiempo se volvería insustituible en la selecta lista de antojitos típicos representativos de la Ciudad de México, donde todos usan la triada más nutritiva que es la base de nuestra alimentación: maíz, frijol y chile, base de la alimentación desde nuestras civilizaciones prehispánicas.
Así, Doña Carmen, su hijo Anastacio y su nuera Mercedes, desarrollaron y crearon “EL HUARACHE”, un platillo genérico hoy en día, conocido más allá de nuestras fronteras, tanto en Europa como en América que se prepara y se sirve de la misma manera, que en sus inicios allá por los años 30 ́s del siglo pasado. La cuna del huarache, en el añejo barrio de Jamaica, cuya tradición esta inevitablemente ligada al ancestral canal de la Viga y ambos; formaron el marco de referencia donde vio las primeras luces, la lucha desesperada y a veces desesperante por sobrevivir; para finalmente, crecer y ser totalmente aceptado por sus comensales.
Parece sencillo, se dice fácil, pero realmente son pocos los negocios que pueden ostentar tal permanencia en el mercado; sin embargo lo que tiene un valor real para nosotros, es poder seguir ofreciendo el mismo producto, con mejor calidad, mejor servicio y más variedad para nuestros estimados clientes. Nuestro objetivo próximo, es cumplir nuestro primer centenario, para ello seguiremos trabajando con responsabilidad, profesionalismo y amor a lo que hacemos, por ahora, pueden tener la seguridad de que seguiremos esforzándonos día con día, para seguir sirviéndote los mejores huaraches de México.